quote “ACERCA DEL PADRE DENIS FITZPATRICK” por Eduardo Cormick.

via “ACERCA DEL PADRE DENIS FITZPATRICK” por Eduardo Cormick, para AEISur.

Varios días después de la celebración de San Patricio, quiero compartir una reseña sobre el padre Denis Fitzpatrick, el cura irlandés que anduvo por Argentina predicando y practicando el Evangelio.

¿Cómo llegó este cura irlandés a la Argentina? Me hice esta pregunta cuando supe que había sido uno de nosotros en Argentina, que se había interesado por los más débiles, y que había muerto hace ya un tiempo.

El dato me lo pasó un chino, no un irlandés. Bueno, argentino, hijo de chino, mi amigo Gustavo Ng, con cara de chino pero criollo, como yo soy criollo, aunque con cara de gringo.

Por él supe que el cura, que se llamó Denis Fitzpatrick, anduvo por San Nicolás en los ’70. Venía de Goya, donde había recalado después de ordenarse sacerdote católico del rito oriental en Medio Oriente. Que un católico irlandés se ordene sacerdote en Medio Oriente ya es poco común, pero así fue el padre Denis.

Denis Fitzpatrick fue cura en Damasco, en El Cairo y tal vez en ciudades de Europa Oriental, antes de su llegada a Argentina.

Siempre y en todos los lugares el cura Denis se anotaba del lado de los desprotegidos y peleaba contra los poderosos. Era partidario del celibato porque decía que es el sacerdote quien debe estar siempre dispuesto a protagonizar causas justas por no temer represalias a hijos o familiares.

Pero también se anotaba para entender las inquietudes de los jóvenes. Por eso Gustavo lo recuerda enseñando inglés mientras ayudaba a comprender a los Beatles, entender sus letras y pensar, a la distancia, sus inquietudes y su propuesta.

A poco de llegar al país conoció a Monseñor Carlos Ponce de León y esa amistad sería fundamental para la vida del padre Fitzpatrick, que se mantuvo fiel a sus convicciones en situaciones difíciles para el país y para él, sobre todo luego del confuso accidente de julio de 1977 en el que su amigo y obispo perdió la vida.

Pregunté por él a la hermana Martha Pelloni, y ella me contó que lo conoció en ocasión del Primer Foro de Infancia Robada que se desarrolló en Goya, Corrientes. El padre Denis estaba en Pergamino, y le dijo que, aunque era muy mayor, quería viajar a esa capacitación sobre trata, tráfico, adicciones, abuso de niños/as y adolescentes porque él quería “sacar la basura de debajo de la alfombra de la sociedad donde vivía”. Así se presentó y fue famoso por ese dicho. La hermana Pelloni definió al padre Denis como “un santo varón”, además de decir que fue “todo un personaje”.

Murió en Pergamino el 17 de julio de 2014. Monseñor Héctor Cardelli, quien presidió una misa concelebrada, destacó la presteza del padre Denis para reaccionar contra las injusticias, contra el mal, contra la profanación de la dignidad de las personas, contra la violencia ejercida contra los que tienen menos posibilidades de defensa.

Una reseña sobre su vida me hizo notar que estuvo destinado en Colón, en el noroeste bonaerense. Entonces recordé a Bernardo Sheridan, que vive allí y es gran conocedor de las historias de la ciudad, y le pregunté. Aquí algo de lo que él me respondió:

La vida de Denis Fitzpatrick es novelesca. Nacido y criado en Belfast, fue un luchador del catolicismo en un ambiente de confrontación con el protestantismo. Fue incorporado al ejército británico durante los últimos cuatro años de la segunda Guerra Mundial. Al ser licenciado se quedó en Londres trabajando como actor de teatro. Después se instaló en París como profesor de inglés. Allí le surgió la vocación sacerdotal pero él quiso hacer los estudios eclesiásticos en el país de Jesús y se fue a Jerusalén donde fue admitido en el Seminario de la Iglesia Oriental. Esta Iglesia estuvo separada de Roma durante 1.000 años y luego volvió, conservando sus propias estructuras.

Los sacerdotes de la Iglesia Oriental pueden casarse. Previo a su ordenación deben decidir si van a permanecer célibes o van aspirar al matrimonio. Denis optó por el celibato. Menos mal, porque ninguna mujer hubiera soportado su turbulenta, aunque santa vida. Al ser ordenado el Patriarca lo asignó a una parroquia de Jerusalén. En esa función tomó partido por la causa palestina en contra de los sionistas, a los que el calificaba como “los nazis modernos”. Se transformó en un dolor de cabeza para el Patriarca.

Un sacerdote argentino que estaba de turista trabó amistad con él y le abrió el interés por radicarse en nuestro país. Lo consultó con el Patriarca quien vio una oportunidad de sacarse un problema de encima y le facilitó los trámites para ser trasladado a una parroquia del rito oriental en Rosario. Una vez instalado en Argentina fue habilitado para oficiar en el rito latino, además del oriental original. Con el tiempo se fue integrando progresivamente a la Iglesia Católica Romana.

En algún momento consiguió permiso para trasladarse a Brasil e incardinarse en una diócesis de ese país. Allí demostró públicamente su profunda antipatía hacia el gobierno militar lo que provocó que cuando se le venció la visa no se la renovaran. Tuvo que volver a la Argentina.[…] Al tiempo le pidió permiso al obispo para realizar un viaje por países de Latinoamérica, que en ese momento hervía de movimientos guerrilleros. El permiso le fue concedido con la recomendación de que tuviera mucha prudencia en sus manifestaciones políticas. A los pocos días apareció una foto en un diario importante de Denis, en la selva, abrazado con con “Inti” Peredo, un jefe guerrillero famoso. El obispo quedó sumamente contrariado.

Al volver lo recibió la Diócesis de San Nicolás, que siempre tuvo las puertas abiertas para él. Lo mandaron a una pequeña localidad donde se peleó con un grupo de viejas que cuidaban la capilla y, que según él, se habían tomado muchas atribuciones. Desde allí lo mandaron como teniente cura a Colón, mi pueblo.

Quiero aclarar que Denis siempre fue profundamente religioso a pesar de sus actitudes políticas. Todo lo hacía con la mayor autenticidad.

Lo invité varias veces a comer a mi casa y pude disfrutar de su amena conversación y profunda cultura. Después de cada visita le regalaba una botella de whisky. Me decía: “ponela en un paquete, Barny, para que no se vea, porque la gente no nos entiende a los irlandeses”. […]

Estando Denis en Colón se suscitó un conflicto con el Consejo de Administración de la Cooperativa de Electricidad. Como siempre, Denis se puso en contra del poder y participó en manifestaciones y polémicas que llegaron a adquirir singular virulencia. El párroco, Marciano Alba (carismático sacerdote español) lo dejó hacer, nunca lo desautorizó ni lo apoyó en ese tema.

Respondiendo al pedido de un obispo peruano que pedía sacerdotes voluntarios para aldeas aisladas en la cordillera, Denis se anotó, omitiendo consignar su edad, que superaba largamente el máximo que había establecido el obispo solicitante. Fue aceptado y destinado a un pueblo de la montaña. No tuvo empatía con sus feligreses. No pudo aceptar sus pautas culturales ni sus hábitos higiénicos. Pero, por si eso fuera poco, reformó el templo de acuerdo con su criterio estético y arrojó a la basura un ambón que los feligreses consideraban una reliquia. Además Denis había iniciado una campaña en contra del general jefe de la región militar. Para peor, el general era hermano del obispo. Por supuesto que devolvieron a Denis a la Argentina sin agradecerle los servicios prestados.

De vuelta en la diócesis de San Nicolás fue destinado a Pergamino, donde es muy bien recordado.

Denís cobraba en libras esterlinas la pensión militar como ex combatiente del ejército británico.Con el cambio argentino era mucha plata. Debido a su generosidad la paga le duraba tres días porque le dada a todo el que necesitaba. Después pasaba necesidades, hasta días enteros sin comer, porque su orgullo le impedía pedir.

Cuando ya estaba viejito, un sobrino le ofreció llevarlo a Irlanda para vivir con su familia. A él le pareció bien la idea. Le hicimos una hermosa y muy concurrida despedida en Pergamino. Con tristeza, como se despide a un amigo muy querido a que no se volverá a ver. Al tiempo estaba de vuelta. […]

Fue recibido por un párroco, el padre Nadur, quien le consiguió una casa en un barrio popular. Denis siguió trabajando en la viña del Señor.

Una vez entraron a robar en su casa y él sorprendió a los ladrones. Sin dudarlo el viejito la emprendió a trompadas contra los tres jóvenes. El resultado fue una paliza que resintió la salud de Denis.

Fue un hombre auténtico, apasionado y santo.

Yo nunca coincidí con sus ideas políticas pero respeto su testimonio.

Estoy seguro que está en el Cielo y QUE BRILLA PARA ÉL LA LUZ QUE NO TIENE FIN.

El padre Denis Fitzpatrick, irlandés nacido en Belfast en 1917 era, para los asuntos legales, británico. Tal vez eso explique que no me resultó fácil encontrar alguien de la comunidad irlandesa de Argentina que me supiera contar de él, hasta que me acordé de Bernardo Sheridan, a quien agradezco y felicito por su relato.

Agradezco también a Gustavo Ng, que me despertó el interés por esta maravillosa persona.

Eduardo Cormick es miembro fundador e integrante del Consejo 2020-2022 de la Asociación de Estudios Irlandeses del Sur.

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